Es común que, al momento de diseñar una presentación, ponencia o discurso, tengamos clara la idea principal, pero no la manera de iniciar y concluir nuestra intervención. Y debemos prestar especial interés a estos elementos porque la introducción que utilices logrará o no, conectar con el público, y la conclusión por su parte, fortalecerá las ideas fuerza y el mensaje en general. La introducción es sumamente importante, porque supone el primer contacto que tienes con el público, de lo que digas en los primeros minutos dependerá el impacto y la recordación de tu intervención, de la misma manera es importante porque, así como es el primer contacto con el Público, también puede ser el primer acercamiento del público con el tema que maneras. Es así como en este momento deberás dar una buena impresión, esa primera buena impresión se logra en los primeros segundos y no tendrás otro momento para dar la primera buena impresión. ¿Pero cómo se logra esa primera buena impresión? Recuerda que tu cuerpo también habla, deberás manejar todo tu arsenal de herramientas de oratoria para proyectar seguridad, conocimiento, confianza, dominio del tema y del escenario entre otras tantas cosas que hemos visto en lecciones anteriores. Es aquí cuando pones a prueba todo lo que hemos visto. No lo olvides, se trata de que seas tú mismo, que seas natural, que las personas se identifiquen contigo y eso solo lo logras proyectando seguridad. Recuerda que tu sonrisa genera vínculos positivos en las personas, la sencillez, la postura de tu cuerpo, la posición de tus brazos y manos, todo comunica. Aprovecha esos primeros segundos para generar una buena impresión y los primeros minutos para hacer una introducción que logre despertar el interés del público. Ahora bien, los nervios pueden jugarte una mala pasada, ya habíamos hablado también del manejo de los nervios y del pánico escénico, pues bien, específicamente al momento de desarrollar tu discurso por nervios o falta de planeación puedes omitir la introducción. ¡Quizás te suene loco!, pero si, puede pasar, que por la euforia del momento o la adrenalina, o simplemente por querer salir rápidamente a exponer el tema, olvides ofrecer una introducción que contextualice al público. Es más, hay varios errores que se comenten de manera inconsciente cuando uno se encuentra frente a un auditorio. El primero, este que debes evitar a toda costa, omitir la introducción al tema del día. Otro error es justificar errores, ya sea de sonido, de tiempos, de la proyección, etc. Y peor aún, señalar culpables de lo que sucede en tiempo real. En general, cualquier expresión negativa, así sea dirigida a ti mismo, a un tercero o peor aún, al público, deberás evitarla. Solo imagínate, estás en plena presentación, frente a una comunidad que se interesa por el tema del que vas a hablar y el micrófono no tiene baterías, o el videobeam no enfoca, o simplemente tu presentación no abre. En cualquier caso, lo peor que podrás hacer es perder el control, mostrar disgusto, señalar o culpar a alguien, etc. Estos casos son límite, pero pueden suceder. En estos casos lo primero que deberás hacer es evaluar la situación, ¿podrán escucharte sin amplificación?, ¿podrás exponer y mantener la atención del público sin videbeam o sin diapositivas?, si puedes hacerlo, demostrarás de qué estás hecho y eso aportará a tu buena imagen frente al público, pues frente a un inconveniente técnico, no te amilanaste y saliste adelante porque lo importante es lo que está en tu cabeza y quien sabe del tema eres tú. Por otro lado, si ves que a pesar de proyectar tu voz, el público no logra escucharte claramente tendrás que hablar con los organizadores, posponer la intervención hasta que los inconvenientes se superen y comenzar nuevamente cuando ya puedas hacerlo. Mi abuelita decía: “siempre es mejor quedar mal, que quedar peor”, y aquí aplica perfectamente, es mejor que quedes mal por unos momentos pero asegurarte de que todos los elementos estén en su lugar antes de comenzar, que iniciar a exponer cuando de plano sabes que de nada va a servir porque el mensaje no va a llegar de la manera correcta. Otra cosa que debes evitar, cuando ya manejes muy bien los temas, sepas improvisar, manejar al público, etc., es llegar al escenario y dirigirte a los asistentes con aire de superioridad, lo último que quieres es dejar una impresión de engreído, además porque te recuerdo que exponer y enseñar, son actos de generosidad. Nos vemos en la próxima lección. Te envío un fuerte abrazo.
Video complementario (enlace a contenido externo)
Te invito a ver la charla TED: “Cómo hablar de forma que la gente te quiera oír” con Julian Treasure, presidente de The Sound Agency, una consultora que asesora a empresas de todo el mundo sobre cómo diseñar con sonido, especialmente en espacios públicos o de marca.
Video – “Cómo hablar de forma que la gente te quiera oír”, Julian Treasure.